Los hechos de esta ficción de Tieck están tomados de Mémoires de Jacques de Clerq, una crónica francesa del siglo XV contemporánea a los acontecimientos.
Quien se adentre en estas páginas reconocerá atrapantes aspectos del mundo gótico; no faltan aquí las disquisiciones teológicas y los presagios, los saberes misteriosos o iniciáticos. De poca ayuda resultarán, sin embargo, para los personajes. Serán los poderosos los que habrán de determinar en última instancia el curso de la historia. Así y todo, en medio del pesimismo que tiñe El aquelarre, Tieck extrae un mensaje de tolerancia.