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Fedra

La versión de Séneca, con antecedentes griegos y romanos, configura un modelo de situaciones que es la matriz del teatro posterior: ubica al personaje Fedra en el centro del conflicto; en ella se representa la debilidad de la razón frente al amor que arrebata y ciega, la responsabilidad frente al destino, la pasión transformada en desdén y venganza, el arrepentimiento y el sacrificio purificador.
Junto a ella se despliegan las tragedias de Hipólito, hijo de una amazona, y de Teseo, esposo aventurero. El joven sufrirá el demoledor peso de una pasión que él abomina y de la que huye; Teseo sufrirá el castigo por la desenfrenada y voraz ira que lleva a la catástrofe. La obra es un modelo de penetración psicológica, una puesta en acto de la dramática condición humana surcada de paradojas, un estudio del ser humano en la sociedad y en el Estado, y, ante todo, una magnífica obra de arte.