La celestina, de Fernando de Rojas, fue escrita en ese momento de plenitud de la vida española que fue la última década del siglo XV –contemporánea de la toma de Granada y del descubrimiento de América–, y trasunta la libertad, la abundancia, el exceso que hasta Carlos V imperan en España. En su forma y en su espíritu, los elementos renacentistas entran en conflicto con la herencia medieval, y del feliz reflejo dramático de esa lucha deriva La Celestina su perdurable vitalidad.
Prólogo y notas de Nydia M. Grotta
La Celestina es el título con que la fama consagró a la Comedia de Calisto y Melibea, y ocuparía el primer lugar entre las obras de imaginación de la literatura española –según Marcelino Menéndez y Pelayo– si no existiera el Quijote.