Esquilo

De Esquilo, quien elevó la jerarquía artística de la antigua tragedia ateniense, se han conservado siete piezas completas. 

Posible primera parte de una trilogía cuyas otras dos tragedias no se conservaron, Suplicantes pone en escena el dilema de los habitantes de Argos al verse obligados a elegir entre hospedar a unas mujeres víctimas de una persecución al costo de una guerra con los egipcios, o bien evitarla, pero eso a cambio de romper con el valor de la hospitalidad, regido nada menos que por Zeus.

La segunda de las piezas conservadas de Esquilo (467 a.C.) trae al lector uno de los aspectos del llamado “Ciclo tebano”, centrado en el mito de Layo, Edipo y sus descendientes. Siete contra Tebas trata del enfrentamiento de los hermanos Eteocles y Polinices, respecto de los cuales su padre Edipo predijo, como críptica “maldición”, que repartirían su herencia por medio del acero.

Posible primera parte de una trilogía cuyas otras dos tragedias no se conservaron, Prometeo encadenado pone en escena la lucha entre Prometeo y los enviados de Zeus en el marco de una dura concepción del poder en la que parece ausente la posibilidad de la philía (“amistad”, “alianza”).

Persas, la más antigua de las piezas conservadas de Esquilo, trae al lector el tema del castigo de los excesos cometidos por el rey. Jerjes de Persia es un joven audaz que pretende concluir la conquista de Grecia y, para ello, tiende un puente sobre el mar, violando la naturaleza y destruyendo los templos de los dioses.

Orestía es la única trilogía que nos ha llegado completa desde la Antigüedad y la última obra de Esquilo conservada. Representa una parte fundamental de la historia de la casa de los Atridas, reyes de Argos y conquistadores de Troya: la muerte de Agamemnón a manos de su esposa Clitemestra; la venganza de sus hijos, Orestes y Electra, y la persecución de las Erinias que sufrirá Orestes por haber manchado sus manos con la sangre de su madre.