La zapatera prodigiosa, contrariamente a Yerma, viene a ser un intermedio, un “divertimento”, pero de la más fina calidad. Corresponde a la modalidad de lo que pudiéramos llamar “teatro de cámara” y, en efecto, su origen fue éste, ya que se estrenó en el Club Anfistora de Madrid, en 1930.
García Lorca, Federico
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