Iniciado literariamente en la novela, Horacio Quiroga (1878-1937) descuella sin embargo en el cuento, género en el que habrá de dar obras maestras. Instalado en el territorio de Misiones, se inspiró en la exuberante naturaleza de la región y de ella extrajo sus mejores páginas. Tanto en Los desterrados, El desierto, Cuentos de la selva como en estos Cuentos de amor de locura y de muerte, la precisión y la violencia del estilo del autor alcanzan su clímax de más aguda tensión.