“La relación causal entre el objeto percibido, la experiencia emocional y los trastornos físicos ha sido un problema para los teóricos a través de todas las edades”, escribe Magda B. Arnold. “Desde el tiempo en que la psicología se convirtió en una ciencia, se han defendido tres soluciones principales: la primera sostiene que la percepción excita la emoción que produce entonces cambios físicos; la segunda, que la percepción incita cambios físicos que son sentidos como emoción; la tercera, que la percepción provoca ambos: la emoción y los cambios físicos”. La tesis sustentada por la doctora Arnold es que la emoción no es provocada por la percepción inmediata, sino por una apreciación instantánea de lo que percibimos: la emoción es una tendencia a alguna clase de acción apropiada a esta apreciación estando, por lo tanto, acompañada de un patrón de cambios fisiológicos. Tras examinar críticamente los trabajos previos hechos en este campo y revisar las teorías existentes tanto en la obra de psicólogos como de filósofos, sustenta una teoría basada en el análisis fenomenológico de lo que acontece en la emoción, propugnando una explicación genética del desarrollo de las emociones, motivaciones y, finalmente, de los sistemas de motivaciones en el ser humano.
Magda B. Arnold nació en Austria y se doctoró en la Universidad de Toronto, Canadá, donde fue alumna de David Dunlop. Enseñó en esa misma universidad, en los colleges Wellesley y Bryn Mawr, y en la Universidad de Chicago. Colaboradora de revistas especializadas, compiladora del volumen The Human Person, su obra más importante es, precisamente, Emoción y personalidad.