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Ilíada

La primera gran epopeya y cimiento de la literatura occidental comienza sorpresivamente con el enfrentamiento del héroe Aquileo (o Aquiles según la forma latina) con Agamenón, jefe de la expedición que ha movido a una confederación de fuerzas aqueas a poner sitio a una ciudad enclavada en las costas de Asia Menor: Troya. La guerra lleva ya nueve años y las murallas de la ciudad siguen incólumes. En una compleja composición que despliega el hilo narrativo con preciso arte, extendidas escenas de combate dan marco a la brillante oratoria de los protagonistas, y conversaciones entre hombre y entre dioses, junto a trazos del narrador, recuerdan el pasado y anuncian el futuro de la guerra. La negativa de Aquileo a participar en el asedio provoca numerosas pérdidas entre los aliados. Pero la muerte de su entrañable compañero Patroclo, a manos de Héctor, le provoca tal dolor que decide retornar a la batalla, aunque el destino haya señalado que su propia muerte seguirá a la de su enemigo. La belleza de la vida está ligada a su fragilidad, y la guerra irrumpe con sus efectos sangrientos para hacer más patentes los anhelos de paz.