Estos diez ensayos primerizos —veinteañeros los más— anuncian la precocidad intelectual y literaria de José Ingenieros. Su prosa revela ya la profusa versación enciclopédica, la agudeza psicológica y el estilo ágil e incitante que han de caracterizarlo después a lo largo de su corta vida. Ingenieros advierte aquí, con claridad meridiana, lo que hoy resulta palmariamente demostrable, y es que los productos del arte y de la ciencia son, ambos por igual, ficciones útiles. No es de extrañar que, al cabo del siglo, se mantenga vivo y fecundo el pensamiento de este argentino ilustre.