Desde pequeño, a Monteiro Lobato le gustaba mucho leer. Devoraba, en la biblioteca de su abuelo, los libros de Esopo y La Fontaine, autores de las más famosas fábulas de todos los tiempos. Con ellos aprendió que todos es posible si se da rienda suelta a la imaginación. En las páginas de este libro, la pandilla de la quinta del Benteveo Amarillo convive con personajes del País de las Maravillas. Uno a uno va llegando para jugar con los nietos de doña Benita.