Esta es la novela que leían los judíos del gueto de Varsovia durante su cautiverio, pues su historia refleja mejor que ninguna otra su aciaga suerte y su martirio. Inspirada en hechos reales, Los cuarenta días del Musa Dagh narra el exterminio de los armenios a manos del Imperio otomano —después del holocausto judío, el más cruel y sistemático intento por acabar con un pueblo en el siglo pasado—.
El crimen ominoso, sin embargo, presenta un lado épico en la resistencia que durante el verano de 1915 mantienen los 5000 habitantes armenios de las aldeas alrededor del Musa Dagh —el Monte de Moisés—, a orillas del Mediterráneo. Gabriel Bagradian, un intelectual armenio rico, casado con una parisina y que lleva muchos años lejos de su patria —un extranjero siempre, allá donde se encuentre—, se erigirá en el héroe de la lucha desesperada de estas comunidades, convirtiendo el monte en una fortaleza en la que pelearán por escapar de la persecución, la tortura, el hambre, la reclusión en campos de concentración y, en definitiva, la negación de su condición humana. El drama de la familia Bagradian —choque de culturas que llevan a la disgregación del matrimonio y el enfrentamiento con el hijo, búsqueda imposible de la propia identidad, incomprensión del “otro”, persecución de la diferencia— se cruza con la tragedia nacional y religiosa de todo un pueblo perseguido.
Con una sensibilidad alimentada en parte por su condición de judío perseguido, errante y desplazado, el reconocido escritor centroeuropeo Franz Werfel escribe aquí su mejor obra narrativa y convierte este relato en un magistral canto a la lucha por la dignidad humana y una muy dura denuncia de la aniquilación del hombre por el hombre, premonitoria de la barbarie que caracterizará al mundo del siglo XX.