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Los nombres divinos

Entre sus aportaciones relevantes se halla la vinculación sistemática entre fuente bíblica y pensamiento racional, y asimismo, la presentación de un excursus sobre el origen del mal, tema perenne. Los nombres divinos plantea, además, en forma sintética, las ideas que desarrollarán los tratados siguientes que, en su denominación tradicional, son conocidos como La jerarquía celeste, La jerarquía eclesiástica, Teología mística y Epístolas.
La identidad verdadera del autor se desconoce; hubo más de veinte propuestas de solución de este anonimato pero ninguna logró el consenso de los especialistas, de ahí que sigamos refiriéndonos al autor como Pseudo-Dionisio, dado que éste es el nombre por el que él se dio a conocer. Se lo considera el iniciador de la mística cristiana y sistematizador de la angelología. Se trata de un cristiano influido por el neoplatonismo y profundamente versado en la Biblia. Diversos detalles del texto, de la lengua y de las fuentes permiten ubicarlo en el primer cuarto del siglo vi.
La presente traducción, a diferencia de las anteriores, se funda en el reciente texto crítico, establecido por Beate R. Suchla, e intenta respetar el estilo complejo y la lengua innovadora que caracterizan a este autor. Lengua y estilo pretenden sugerir al lector que la temática del Corpus impone una expresión análoga a la inefabilidad de Dios y de la experiencia mística; por eso nos hemos detenido en ellos y señalado sus características, de modo que la persona que acceda a este libro cuente no sólo con el texto mismo, ante el cual pueda reaccionar de modo similar a como pudo hacerlo el lector de su tiempo, sino también con otros indicios que le permitan valorar mejor el lugar que esta obra singular ocupa en la historia del pensamiento.