
El innegable interés que despiertan estas pocas pero potentes sátiras se vio opacado por cierta leyenda sobre su presunta oscuridad, surgida en la tradición manuscrita de los textos y acrecentada en tiempos modernos. Es que apenas un par de siglos después de la muerte de Persio, el mundo romano se había transformado tanto que las referencias a personas y a situaciones cotidianas y los guiños a los lectores formaban parte de una realidad que ni siquiera era ya un vago recuerdo. Sin embargo, más allá de esos detalles remotos que algunas notas a la traducción procuran aclarar, el corazón de la poesía atraviesa las épocas, y Persio, cabal contemporáneo de la suya, no es ajeno a la nuestra.