Teogonía presenta extensamente el mundo de los dioses, con su origen y descendencia, y Trabajos y días se ocupa de la realidad humana, en que se destaca el trabajo del campo y otras actividades del hombre.
La mayor originalidad de Hesíodo reside en la relación que establece entre el yo poético y la creación del poema. En Teogonía se consagra como intérprete de las Musas, y procura explicar el sentido del mundo divino hasta el triunfo de Zeus, quien encarna la justicia y el orden: allí está la “verdad” que las Musas han de enseñar. En Trabajos y días se cristaliza una tradición poética didáctica, unida al elevado estilo de la épica, pinceladas líricas y andamiajes dramáticos al modo de una conversación; sobresale allí el tema de la injusticia en la tierra: merced al trabajo se puede restituir el orden del mundo.
El combate con Cicno contenido en Escudo es el único episodio legendario que presenta a Heracles con el armamento completo de un guerrero épico, no sólo con arco y maza; sigue el modelo homérico de la descripción del escudo de Aquiles en Ilíada, a la vez que incorpora elementos intimidantes, representaciones de animales, escenas mitológicas y cuadros simbólicos.
Labor poética y cotidianidad campesina están ilustradas de modo legendario por el poema en prosa y verso Certamen, que imagina a Hesíodo y Homero como rapsodas; el triunfo del primero subraya el interés didáctico de mostrar su superioridad como poeta de la paz frente a la poesía homérica, que canta hechos bélicos.