John Stuart Mill escribió en su Autobiografía que él era uno de los pocos ejemplos en su país de alguien que no es que hubiera abandonado las creencias religiosas, sino que nunca las tuvo: “Crecí en un estado negativo respecto a ellas; consideraba las religiones modernas exactamente igual que como consideraba las antiguas, como algo que de ninguna manera me concernía…”.
De clara unidad temática, los tres ensayos recogidos en este volumen (“La naturaleza”, “La utilidad de la religión” y “El teísmo”) se publicaron en forma de libro póstumamente, en 1874.
Sobresaliente publicista en la era de las reformas del siglo XIX, Mill (1806, Londres-1873, Avignon) continúa siendo objeto de merecido y perdurable interés como lógico y teórico de la ética.