Las afamadas Tres piezas sobre el tiempo tratan el problema de la secuencia temporal de un modo insólito: las tres rechazan la concepción corriente del tiempo, aunque cada una ofrece una solución particular del problema.
La acción de Esquina peligrosa (1932) —la más antigua de las tres— no puede entenderse correctamente si no se acepta la posibilidad de un corte en el curso del tiempo, de modo tal que a partir de un momento dado, se ponen en movimiento dos series alternativas de sucesos.
El tiempo y los Conway (1937), escrita bajo la influencia de la meditada teoría sobre el tiempo que J. W. Donne había expuesto en varias obras, fue la pieza favorita de su autor.
Yo estuve aquí una vez (1937) dio gran trabajo a Priestley y debió escribirla varias veces. Se basa en una idea sobre la recurrencia modificada, desarrollada por Ouspensky en su Nuevo modelo del universo.