Aunque parezca increíble en un escritor que como André Gide (1869-1951) prodigó tanto las confidencias, lo cierto es que pese a las mil quinientas páginas de su Diario íntimo todavía le quedaban cosas por decir… En efecto, ciertos repliegues secretos de su vida, la intimidad de sus relaciones conyugales habían quedado púdicamente en la sombra mientras su mujer vivió. …
Traducción y prólogo de Jorge Zalamea