Leído y discutido, elogiado y vituperado, amado y odiado, El príncipe constituye la más límpida expresión del pensamiento político que jamás se haya formulado. Aquí todo es “político”, toda otra consideración moral se deja aparte; el “deber ser”, el anhelo a una vida más alta, cede el lugar al “ser”: el análisis de la realidad como es, sin inquietudes de reforma.
Este famosísimo texto de Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue compuesto entre 1513 y 1519, no de una sola vez, sino en dos fases bien distintas; entre ellas escribió, sin interrupción alguna, El Príncipe. Discursos sobre la primera década de Tito Livio aparecería, póstumamente, en 1531.
La apasionada vivacidad del pensamiento de Maquiavelo da la mayor fuerza persuasiva al concepto fundamental: la necesidad primordial para un Estado de estar armado con armas que dependan únicamente de sus gobernantes.