La vida del poeta simbolista y decadente Paul Verlaine llegó, en ocasiones, a la más extrema miseria material y moral. Se inició en el parnasianismo y se lo clasificó entre los “poetas malditos”, aunque en realidad fue un escritor sincero que obedecía a la plenitud de cada momento. La musicalidad de sus versos permitió a la lengua francesa alcanzar las fuentes más puras de su poesía.
Selección, traducción y prólogo de Graciela Isnardi