La literatura caballeresca, iniciada gloriosamente en España con el Amadís de Gaula y cerrada definitivamente con el Quijote, llena un ciclo fundamental de la cultura europea. Desde mediados del siglo XIV hay alusiones al Amadís, que en su primera versión es quizás de fines del siglo XIII. Se desconoce el autor, y se ha discutido si el original era francés, portugués o castellano. Fue circulando y creciendo en refundiciones sucesivas. La acción se desarrolla entre la Bretaña francesa e Inglaterra. Los héroes recorren a veces Alemania, Grecia, Rumania y Constantinopla, pero el ámbito geográfico semeja un archipiélago de islas misteriosas y fantásticas gobernadas por seres míticos. El estilo responde al imperativo de la acción, y lo genial de la obra está en ese movimiento vertiginoso.
El Amadís nos presenta además una escala de valores humanos: la bondad de armas —condición suprema del hombre—, la belleza y la lealtad amorosa que anima los pensamientos y los actos.