El caso Wagner es uno de los últimos títulos que Friedrich Nietzsche (1844-1900) dio a imprenta, poco tiempo antes de su derrumbe psíquico, en 1889. Richard Wagner y su música lo habían ocupado toda su vida, y había llegado a cultivar con el compositor una amistad en la que este, treinta años mayor, hizo las veces de ídolo y Nietzsche de adorador.
Escrita entre algunas de sus obras hoy más estudiadas, que suele leerse en clave menor como un tardío ajuste de cuentas con Wagner, es también una articulación entre las últimas preocupaciones filosóficas de Nietzsche y el cierre y recuperación de su propio ciclo “wagneriano”, con su primer momento luminoso y verborrágico, y con el último, cínico y sombrío. El crítico Martin Gregor-Dellin resumió en 1980 su importancia en los estudios dedicados a Wagner: “Cien años de crítica wagneriana se han nutrido de la sagacidad de Nietzsche: nada nuevo ha seguido tras él”.