El filósofo considera a la felicidad como el fin supremo de la actividad del hombre, definido como animal político (entendida aquí la polìtica con el significado de ética no individual). La felicidad dependerá entonces de la virtud, la amistad y la justicia –perfeccionada aquélla por el ejercicio del pensamiento filosófico–.
Aristóteles (Estagira, 384 – Calcis, 322 a. C.), a la muerte de su padre se trasladó a Atenas, en donde siguió las lecciones de Platón en la Academia. Fue preceptor de Alejandro Magno y se estableció nuevamente en Atenas en 335, donde fundó la escuela del Liceo. La Ética nicomaquea (por Nicómaco, hijo del filósofo) fue terminada después de los otros dos Tratados de ética: la Ética eudemia y la Magna moralia.