Así, Giacomo Joyce se constituye en una especie de cubo de rueda de donde irradian conexiones con lo más importante del conjunto de la obra de su autor: el tono introspectivo que habilita el final de Retrato… en forma de diario y abre camino al monólogo interior de Ulises; el vínculo entre lo judío y lo irlandés, y tantos otros detalles que hacen de este relato poético una lectura privilegiada para los cultores de Joyce y una introducción a su obra para quienes no lo hayan leído, con el interés adicional del posible nexo autobiográfico: el profesor de inglés deseoso de su alumna triestina.
Pablo Ingberg, además de traducir el relato y la poesía de Giacomo Joyce, ofrece un recorrido por las conexiones literarias (con otras obras), biográficas (incluido un examen de las candidatas a musa inspiradora según investigaciones más recientes) y geográficas (con mapa ad hoc de aquella Trieste).