La delectación actual por los formatos textuales ha desarrollado dispositivos múltiples para estudiar trabajos creativos que seducen por su diseño. Los Hipias, en el juego de confrontación con las regiones más llanas del corpus, constituyen espacios de exacerbación de estilo que esconden tomas de posición sobre la relación entre tipos textuales y dicción filosófica y justifican la atención que vienen recibiendo. La presencia como personaje de un representante de los primeros sofistas, Hipias, funciona además como clave exegética para explorar el modo en que Platón construye su posición en tensión dialógica con otras del entorno, tanto provenientes de la generación anterior como surgidas entre sus contemporáneos, destinatarias indirectas de las ácidas críticas que atraviesan los Hipias.