Este libro reúne tres ensayos, en los que Henry Corbin, uno de los mayores islamistas mundiales del siglo XX, estudia las similitudes y lo que emparenta al mundo espiritual de tres religiones, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo, que son como tres ramas de lo que se ha dado en llamar el monoteísmo, la fe surgida de la revelación de Dios a Abraham. Corbin iguala a estas tres creencias que surgen como reacción al politeísmo griego y latino, es decir, como una oposición al paganismo, que podía hacer de cualquier hombre un dios. Sin embargo, algunos de sus dogmas principales parecen abrazar la misma idolatría que combatían. Tal cosa es paradójica, es decir que tres religiones que surgen como oposición al paganismo caigan en sus mismos “defectos”. Otra de las paradojas que Corbin analiza es el hecho de que esas religiones que creen en un Dios absoluto, único y autoritario acaban propiciando o transformándose en políticas totalitarias. Frente a esta paradoja que ofrece el lado oficial de esas religiones, Corbin coloca la lección de los gnósticos islámicos, judíos y cristianos, que profesan una religión de la Belleza, en la que Dios hace única a cada criatura y le da una individualidad que no tiene que someterse a la ley de las Iglesias.