La virtud principa que se reconoce a la obra de Wilkie Collins reside en la complejidad de sus argumentos- “maestro de las vicisitud, de la trama, de la patética zozobra y de los desenlaces imprevisibles”-, lo llamó Jorge Luis Borges.
Dos notables cuentos policiales y dos relatos fantásticos, que lindan con lo perfecto, integran esta antología realizada por Elvio Gandolfo.