Pedro Salinas (1892-1951) inició su labor poética con Presagio, en 1923, libro de acento muy personal que lo coloca entre los primeros de su generación. Las obras que siguieron, Seguro azar (1929), Fábula y signo (1931), muestran su maestría y afianzan su prestigio. La voz a ti debida (1934) y Razón de amor (1936) consagran su plenitud lírica. La personalidad literaria se completa con varios libros de crítica e interpretación poética, entre los cuales recomendamos La poesía de Rubén Darío.