Antes de componer la versión definitiva de esta monumental novela, Gustave Flaubert (1821-1880) escribió 1934 folios de borradores, leyó todo lo que pudo sobre el tema, cientos de obras, comenzando por las históricas y siguiendo por las arqueológicas, antropológicas y también médicas. Estudió textos sobre enajenación mental, tratados de psicología y psiquiatría, y relatos sobre vivencias en condiciones extremas. Algunos capítulos fueron reescritos hasta nueve veces, y finalmente la obra le demandó cinco años de trabajo intenso y un viaje a África para conocer directa y detalladamente el lugar donde transcurre la acción.
Polémica por su inclusión como novela histórica, polémica por su clasificación dentro del género realista, Salambó (1862) es una obra desbordante por su riqueza en el lenguaje y por las imágenes que asaltan al lector.