Con Veinte años después, continúa la historia toda: la Edad Media, porque se prolonga en el tiempo como epopeya caballeresca; el siglo XVII dominado por Richelieu, fundador de la Francia moderna; el romanticismo de los cuatro héroes excepcionales que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen refugiados en la novela. El autor, una vez más, nos apasiona con todo su arte: la sorpresa, el vértigo, el humor, el color, el sentido del misterio y de la grandeza. El lector sigue participando de las aventuras de D’Artagnan, seduciendo como Aramis, hercúleo como Porthos, profundo como Athos y poeta como Dumas.