Doña Flor es, literalmente, una mujer adorable: su cuerpo está hecho para el amor, su voluntad no se dobla fácilmente, es casera, ingeniosa, tiene firmes principios morales… ¡y sabe cocinar! No habrá lector que no desee verla colmada de felicidades: una entrada segura, una vida intensa, risas, emociones y éxtasis conyugales. Y la verdad es que Doña Flor lo consigue. Solo que de dos maridos distintos.