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Cacao

En 1922, la Semana de Arte Moderno celebrada en San Pablo marcó sin duda la apertura de nuevos derroteros culturales para el Brasil, y sus ecos vanguardistas se dejaron oír en todo el territorio. Entonces, en el Nordeste surge un narrador de excepción: Jorge Amado, el más joven de una trilogía famosa, junto a José Lins do Rêgo y Graciliano Ramos. En 1933, cuando tenía diecinueve años, publica O país do carnaval, cuyo éxito habría de ratificar en 1933 el fuerte impacto de Cacao, que al año siguiente, conformaría Sudor. Desde entonces, su producción crece sin cesar —entre otras Gabriela, clavo y canela, Doña Flor y sus dos maridos y Teresa Batista— y el nombre de este recio novelista no encuentra hoy parangón, por celebridad y difusión, entre los escritores de lengua portuguesa. En este volumen se reúnen Cacao, vigorosa novela sobre el interior del Estado de Bahía, y Sudor, que abre el ciclo dedicado a la ciudad de Salvador, donde más tarde se inscribirán obras, tales como Mar muerto, Capitanes de la arena y Tienda de los milagros.

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