Como una araña en su tela, el protagonista de este Diario del seductor organiza su asalto al corazón de la jovencísima Cordelia con una mezcla de premeditación y cálculo que ha convertido a este texto en todo un clásico de las artes amatorias, escrito, al parecer, sobre la base real de los desgraciados amores del joven Kierkegaard.