A manos de las mujeres desaparecerán, de una vez y para siempre, la propiedad privada, los vínculos familiares y las diferencias de género.
En un mundo en que las mujeres vivían mayormente confinadas en el hogar, ajenas a los asuntos de la polis, un “golpe de estado” de este tipo implica una verdadera tergiversación de las jerarquías. La conspiración femenina es vista como un modo de poner fin a la inconsistente política de los varones de Atenas y a la evidente corrupción de sus líderes, sólo preocupados por los beneficios personales. Fácil de ver que la instauración de un programa de gobierno que promulga la comunidad de los bienes y del sexo y la abolición del poder masculino traerá, antes que soluciones, no pocos problemas.