Marineros, polizones, extrañas damas y especímenes.
Asumiendo desde esta contratapa que ya conocen el esquema general de la metáfora, en donde a puede ser b, y permitiéndome avanzar en la irrefrenable conquista de eso que es una cosa por otra cosa, quisiera decir que están ustedes a punto de leer un transatlántico, de abordar un barco hecho de palabras que navega en los remotos mares de las sopas de letras sagradas.
Los lujos que este crucero de géneros ofrece incluyen vistas panorámicas al corazón de las cosas, recreaciones metafísicas de amores y sacrificios, manjares y delicias del más refinado corte dramático y, por la noche, un teatro, un teatro de repertorio extraño, mágico y luminoso en el que todas las funciones concluyen con la lectura de un fragmento de un libro, que es un barco enorme y que contiene un teatro de repertorio extraño, mágico y luminoso
Ignacio Bartolone