Hay traiciones que la historia agradece. Así ocurre con la obra de Franz Kafka, uno de los mayores genios literarios de todos los tiempos. El maestro del relato y escritor que con más originalidad y profundidad ha plasmado las absurdas leyes del mundo moderno, apenas publicó en vida, y le encargó al escritor austriaco Max Brod, su gran amigo y biógrafo, que destruyera todos sus manuscritos inéditos a su muerte. Brod no solo contravino su voluntad sino que se convirtió en el editor de toda su obra. Y así, el lector puede gozar del conjunto de escritos más insólito e inquietante del siglo XX.