Desde hace más de medio siglo, año tras año, Norman Briski (Santa Fe, 1938) renueva su capacidad de sorprender. Construye día a día un lugar sobresaliente entre los creadores más originales del teatro argentino.
De uno u otro modo, todas ellas proyectan dramáticamente algunas de las constantes más definitorias de la producción literaria de David Viñas, de cuya obra escribió Ángel Rama: “Así como las novelas y la ensayística davidiana descifran lo eludido por la mayoría de lo escrito en la Argentina, su teatro recupera los perfiles más críticos en la tradición de Sánchez y de Payró”.
La gata sobre el tejado de zinc caliente es una de las obras maestras de Tennessee Williams. Expresa su visión de los oscuros y primitivos elementos que acechan bajo la superficial civilización del sur norteamericano.
El mayor mérito de estas creaciones teatrales de un gran poeta como Rafael Alberti quizá resida en la aparente sencillez con que saben conjugar la fuerza poética con la fascinación del espectáculo.
La rosa tatuada, una de las piezas ineludibles dentro de la producción de Tennessee Williams, fue estrenada en 1951 con un éxito rotundo. Su protagonista es una mujer siciliana atormentada por la idea de ser infiel a su marido muerto. La aparición de un hombre rústico parece interrumpir su ensoñado letargo. Fue llevada al cine en 1955, con Anna Magnani y Burt Lancaster en los papeles protagónicos
Traducción: Cristina Piña
La edición se enriquece con textos teóricos de González Castillo sobre el teatro nacional.
Cinco piezas emblemáticas del sainete, género que contribuyó como pocos a la constitución de un teatro singular en el Río de la Plata: Los óleos del chico (1892), de Nemesio Trejo; Justicia criolla (1897), de Ezequiel Soria; Fumadas (1902), de Enrique Buttaro; El diablo en el conventillo (1915), de Carlos Pacheco, y Don Juan Malevo (1923), de Roberto Cayol.
Cargado de poesía y sofisticados procedimientos narrativos, el teatro de Accame se nutre al mismo tiempo de los más diversos matices de la cultura popular y constituye una de las expresiones más originales y logradas de la dramaturgia argentina de las últimas décadas.
La dramaturgia de Josep Maria Miró Coromina se apropia, desde estrategias contemporáneas, del drama de tesis y exposición de ideas encarnadas espléndidamente en situaciones dramáticas.
En ambas piezas, Gené se entregó al proceso de escribir sin destino de llegada preciso, pero con coordenadas construidas a lo largo de sesenta años dedicados al teatro, que fueron cincelando su producción poética.
Prologuistas: Olga Cosentino, María Julia Augé y Juan Carlos Gené.