Danza macabra
En Danza macabra (1900), Strindberg lleva al límite su visión descarnada de lo que alguna vez definió como “el infierno del matrimonio”. Pero también propone un minucioso análisis de otras relaciones interpersonales y una reflexión acerca del poder y la sexualidad. Considerada por él mismo como su mejor obra, se trata de un drama con grandes resonancias autobiográficas, cuyos protagonistas se debaten entre el odio, la rutina y el deseo de venganza.
Versión de Luis Gregorich